martes, 28 de junio de 2011

LORD JOSÉ ADAMES

Días ha que cabalgo por un mundo muy particular del cual soy amo y señor. Años ha que lo cabalgué junto a noble caballero. Tiempos en que maestro y discípulo aprendíamos y fui nombrado aprendiz. En “tan singular y nunca jamás contada aventura” nos acompañaron Lady Jaqueline de los Ríos, la Dama de San Martín. Alcides, trovador con voz y versos de gran poeta, Ozwaldo con sus canciones y su dama de seis cuerdas. Máximo el del mundo de las novelas. Del Olimpo Ulises y de alguna parte Brown. Damiselas como Miriam y sus chicharrones de guayaba. Los Sabetta con sus poemas certeros como las armas que riman con sus apellidos…
Populosas ciudades, verdes caminos, soledades de playas, intrincados bosques fueron nuestros campos de batalla. Muchos guerreros que nos enfrentamos en deliciosos combates de cuentos y poesías… Al final Dionisio, el dios que nos ofrecía anécdotas, celebraciones, cervezas y risas…
Mis prácticas iniciales fueron con palo de escoba al ristre y tapa de olla al hombro. Entrenamientos con el valiente caballero… Ambos partimos por caminos diferentes. Hasta que desde un campo de flores fui llevado al reencuentro, pero esa vez hasta Lord José Adames, señor de El Paraíso…
Mi andar continúa, hoy con lanza al ristre y escudo al hombro. El maestro hubo de partir, pero antes nos lego su amistad. Fue hasta ese lugar al que también acceden los poetas y quienes con sus plumas nos lo describen… Las huellas de su cabalgadura se siguen viendo en la arena, en las aguas, en las hojas y en las piedras…

I LAND DANCING

Un poderoso mago ha inventado cierto artefacto que permite mirar en el tiempo sin posibilidades de intervenir. Está instalado en el sótano de su castillo. Yo no quería dejar pasar esa aventura y cabalgué hasta sus prados. Fui recibido con la cortesía de un caballero. Hermosas doncellas nos celebraron sirviendo vino y postres encantados.
Muchas luces (apagadas) y antenas complementaban el armatoste. Le hice preguntas al respecto y confesó que las antenas le permitirían tomar energía del cielo, pero había que esperar. Las luces sólo eran coqueterías de mago.
Varios días con paciencia de sabios, vinos y dulces. Llegó el momento. Nos paramos frente a una gran esfera verdosa colocada en el centro del salón sotánico. Las centellas comenzaron a dejar sentir sus fuerzas en las antenas y la bola se fue tornando de un color azul y traslúcido (los mismo que por sus reflejos el ambiente).
Como salidas de la nada se fueron formando figuras humanas. Resaltaba entre ellas una linda dama que danzaba al compás de una música extraña y daba sabor al espectáculo, como le da sabor la salsa al espaguettis. Ella tenía el color de los azabaches, la ligereza de los papagayos y la espontaneidad de una niña tremenda. Dejaba ver una hermosa sonrisa y la elegancia de un glamour real… tan bello espectáculo cesó con el cesar de la tormenta…
Cabalgo de nuevo. No se puede alterar el tiempo, pero el presente vibra y miles de preguntas se agolpan bajo mi casco: ¿qué música será esa?

jueves, 23 de junio de 2011

NUBES

Al trote de mi corcel cabalgaba por una soleada playa. Un horizonte infinito limitaba el ambiente. Verdes, arena y azules me rodeaban por aire, tierra y mar… Cuando como salida de la nada una suave llovizna se dejó sentir y el gris terminó de pintar el paisaje. No me molesté en apurar el paso, pues no tenía a la redonda sitio alguno donde guarecerme.
Fue un momento preciso y precioso para meditar en cómo podemos vivir la vida que vivimos. Levantaba la vista al cielo, miraba a esa nube imprudente (para mí en ese momento) y reflexionaba: ¿por qué dirán que es una nube pasajera? ¿Será porque alguien la lleva? ¿Será porque sólo está de paso?
También elucubraba si no era yo quien había entendido mal la frase. Tal vez no era una nube pasajera, sino pajarera, por aquello de que iba por los cielos volando o por alborotadora de todo a su paso. ¿Acaso una nube paralela por ir al lado de otra sin encontrarse y con el mismo rumbo? Tal vez su silencioso viaje era contrario a su nombre: nube palabrera… ¿Y por qué no una nube pasarela? Sí, puede ser, ella pasa de un lado a otro, y de un otro hacia el lado.
Hace rato, un rato largo que escampó. Sigo aún sin llegar a donde voy. Pero continúo meditando en lo complicada que a veces nos resulta la existencia. Ya no hay nubes en el cielo, pero continúo yo viéndolas…

ADOLESCER


Cuando cabalgo y el camino es largo me distraigo con muchas cavilaciones: la vida, dios, un cava de cerveza, la juventud... está última ocupó mis más recientes pensamientos. Me hice preguntas y me las respondí todas… correctamente.

Mi vida ha sido un ciclo: bebé, niño, adolescente, joven y actualmente joven. Sé que en el futuro continuaré siéndolo, no hay vuelta atrás: como creo haber escrito antes, son ciclos infalibles.
Los demás son los que nos categorizan, si nos dejamos categorizar. Tengo más de cien años y no me he dejado, y no pienso comenzar ahora.
Me siento y me considero joven, la realidad es otra, soy joven. Tengo menos edad que los mayores que yo... Saben, la juventud es circunstancial, tiene circunstancias, además, deben cumplirse ciertas condiciones, ser joven, por ejemplo.
Se es joven mientras en la comparación otros tengan más edad que nosotros, dejando de serlo cuando haciendo lo mismo consigamos a quienes tienen más. Ahora bien, ¿desde cuándo se es joven? Desde que nacemos. ¿Hasta cuándo? Hasta que nos demos cuenta (claro, si cometemos el desatino de hacerlo).
¿De qué te vanaglorias? Te diré de qué adoleces.

miércoles, 22 de junio de 2011

MUJERES HERMOSAS

No puedo negar que soy un caballero a la antigua, pero con ideas acordes con la época que me corresponde vivir. Dentro de esa manera de pensar hay un rechazo al machismo. Ese que por mucho tiempo ha alejado a la humanidad de una vida mejor.
Para explicarme os dejaré saber algunas de las que me parecen las más idóneas maneras de actuar (dos puntos).
Estoy muy de acuerdo que al momento de levantarnos luego del saludable descanso nocturno, sea la mujer quien arregle la cama. Sus delicadísimas manos son capaces de cubrir el lecho dejando caer la sábana como brisa fresca cuando hay calor.
La limpieza de la casa (el aseo, pues) es un trabajo femenino. Les da a ellas la ocasión de danzar como princesas de cuentos de hadas. Recorrer sobre nubes la casa en suave “vaivén” de ritmos celestiales.
Un trabajo casero que sí es de machos, pero que las damas ejecutan como prodigiosas directoras de orquesta es lavar los trastos de la cocina (léase ollas, platos, etc.). Es grandioso verles la agilidad con que mueven las manos. El cómo acarician tazas y cubiertos. La habilidad para evitar que el líquido jabonoso se distraiga de su función esencial.
Por último y para finalizar, dejaré para otro momento el discernir sobre el lavado de la ropa, labor hogareña exclusiva del hombre, aunque…

jueves, 16 de junio de 2011

UN PARÉNTESIS

Mientras mi caballo pasta en campo de verde hierva tomo el sendero que me lleva al amplio local donde la tecnología permite andar sin los pasos... pero ni subir ni bajar "ni prestar la batea".

Bajo al lugar de las esperas en donde ahora los tiempos de espera que desesperan facilitan los desbordamientos (como el agua represada que no tiene desagüe de fondo ni aliviadero).
Cuando no es que se va la luz es que alguien tropieza (llevando la peor parte)... Las comodidades del pasado se han perdido... ¿La publicidad? ¿Sólo ella puede mejorar las desmejoras?
Sofoca el calor en las afueras, dentro extrañamos el frescor de los caminos.
Hace rato que debimos haber llegado... Hemos llegado, "la cerveza ya está caliente y la sopa ya está fría".
Entre paréntesis, permítanme seguir esperando que ya llevo bastante tiempo en eso...

martes, 14 de junio de 2011

¿PARA QUÉ SOMOS?

Cual caballero andante Lady Mary Eva, descendiente de lores, me ha retado y, de manera inequívoca, lanzado su guante (de goma, amarillo y oloroso a lavaplatos de limón que no huele a nada). Lo he levantado, colgado a mi cinturón y aceptado el desafío: decir para que somos los hombres.
La lista es larga, pero baste un ejemplo para admirar la capacidad hacedora y creadora del macho de la especie. Duro fue el aprendizaje y alto el costo para la humanidad. Fue por nuestra primera falta y abstención en el caso que seguimos padeciendo.
“Los hombres somos para escuchar a las mujeres”, así de sencillo. No debiendo ir más allá de esa simple  regla, al hacerlo dejamos de ser lo que deberíamos…
(Adán escuchó a Eva y no supo limitarse, sino que ¡tuvo que seguirla! y la siguió… todos conocemos el resultado, el desenlace, las consecuencias...).

viernes, 10 de junio de 2011

RÍOS Y ESTRELLAS

No me lo estáis preguntando, soy hijo del "río de las siete estrellas". Ese sobre el que se puede admirar la claridad y el brillo de la luz, ese bajo el cual fluye la esencia que es fuente de vida.
Mi río es hermoso y un nuevo lucero acompaña a los astros de mi génesis. Su aparición y su resplandor son evidentes y bien recibidos. Él simboliza la organización y el comienzo de un final.
Una fue fugaz en el tiempo, alumbró la vereda de las brumas y sirvió de guía para el futuro. Después regresó para quedarse, iluminando el presente que al fin se hizo presente.
Otra permaneció oculta porque la luz del día en ese hoy nublado la opacaba... Pero llegó la noche y su brillo se hizo notar trayendo el impulso y la esperanza del fin eminente.
Mi río es ahora de nueve estrellas y en su centro una más que fue ejemplo de brillo para mucho cielos... y mucho ríos...

lunes, 6 de junio de 2011

CIUDAD ANTIGUA

Hemos cabalgado de nuevo (o sea, otra vez) y subido a lo alto. Desde allí el horizonte y el atardecer como en un cristal que refleja la luz que se oculta. Tres estrellas cintilan en mi camino, mientras en el poema un lucero guía al trío de reyes.
La oscuridad de la noche nos cubre con anuncios de lluvia, pero está muy lejana y sólo es el pincel de un travieso pintor. La frescura del aire regala ensueños, pensamientos, sueños… Muy cerca el agua descansa plácida, mientras colores venidos la adornan y el cielo se mira vanidoso.
Como todos los años he vuelto a nacer (¿seré un ave fénix…? No, no lo creo). Día para el festejo... Veo a lo lejos una vieja cigüeña que se aleja sonriente.
La noche se ha ido, ha quedado el recuerdo y la alegría. Mi corcel está de nuevo en sus andanzas, lejano quedó el lero-lero y hemos de seguir “al infinito y más allá...”