miércoles, 26 de junio de 2013

COLOR DE NOCHE NUEVA

Por supuesto que ella sola no va a andar por ahí atrayendo la mirada... Detrás de ella otras prendas de noche nueva o de fresa madura que en su ausencia dejan volar la imaginación... Y muy dentro de ellas quien les da vida y razón de ser...

Se ajustan a sus formas y resalta su figura, mientras el atardecer o la noche comienzan a nublar la mente, la montaña se convierte en poema y la luna llena es escoltada por infinitos luceros.

Ni aun el tiempo la desplaza. Ella está con su andar efímero y su deshacerse en el espacio sin desaparecer...

lunes, 3 de junio de 2013

CRIMEN DE SANGRE

Desde comienzos de la prehistoria se ha condenado el derramamiento de lo que se ha dado en llamar la “misma sangre”, sin embargo, son muchos los que han realizado actos tan cuestionados y hasta que aún lo hacen.

Dije “desde comienzos de la prehistoria” porque cuentan del que mató a su hermano por envidia, ya que el dios que adoraban tenía preferencias por el que llevó la peor parte. Una quijada de burro fue el arma homicida. El criminal fue descubierto sin muchas pesquisas, y aunque fue condenado anduvo libre el resto de su existencia (imagino que no era fácil colocar barrotes en los árboles). De acuerdo a las tradiciones eran cuatro habitantes, o sea, el crimen se ubicaba en un veinticinco por ciento de la población).

 Pero me salgo del tema…

Los comentarios vienen al caso porque he sido quien “ha derramado su propia sangre” y no es que me haya cortado o algo parecido…

Eran once y diecisiete de la noche (seguro de la hora porque un zancudo impertinente perturbó mi sueño con su “zumbar” y no pude evitar mirar el luminiscente reloj). Por lo demás todo silencioso.


Me levanté fui por un vaso de agua, volví y me acosté. Pronto a conciliar el sueño el zancudo regreso con el “zumbao”. No lo pelé: de un solo aplauso en mis manos quedaron las partes desmembradas de su cuerpo, así como la sangre que momentos antes “le done” Maté a quien tenía mi sangre.