sábado, 26 de noviembre de 2011

UNA NUEVA APARICIÓN

Aborigen desplantando yuca de la tierra fértil. Su pareja sentimental en la mar pescando. Todos haciendo: tejiendo cestas, creando alfarería, enchinchorrados, niños corriendo por el campamento… ninguno sabe de pecados…

Hace algunos años llegaron los conquistadores con pólvora y religión. Perros, espadas y caballos doblegando a la pureza, a la inocencia, esas mismas que pregonaba el Maestro… pero son “duros de roer”.

Las cosechas se perdían y la corona no recibía el oro que, según ellos, serviría para “civilizar estas tierras”. Entonces uno de los sacerdotes le planteó un plan a “su eminencia”, un plan que estaba dando buenos frutos en otras latitudes. Explayose con lujos de detalles. Terminada la exposición el superior quedó complacido y manifestó su deseo de comenzar de inmediato. Contactarían a un ebanista, Francisco Estévez, que por unas onzas de oro haría cualquier cosa. Y a unos trashumantes recién llegados de la madre patria (la de ellos)…

Entre tanto los verdaderos dueños de estas tierras buscaban la manera de expulsar a los invasores, mas sus armas eran débiles contra las de ellos y raras enfermedades los estaban mermando. Con todo eran grandes guerreros, valientes y buenos estrategas…

Contactado los artistas les explicaron lo que tenían que hacer. Su trabajo los llevaría al cielo… además de ganarse algunas monedas que harían más liviana sus penalidades en este valle de lágrimas. Protagonistas serían una actriz muy hermosa del grupo y dos sacerdotes de la congregación que ayudarían.

Todo tenía una fecha, pero una cosa piensa la burra y otra quien arriba la arrea. Cierto día, sin luna visible, los dueños de las tierras se preparaban para atacar al poblado invasor. Avisados los nuevos pobladores por algún traidor a su gente apresuraron los preparativos del complot.

Noche oscura en la sabana. Estrellas lejanas en el firmamento. Decenas de guerreros se acercan sigilosos. Caminan como gatos entre los matorrales. Imitan a las aves nocturnas para transmitirse señales…

¡Una estrella sale de su posición y se les acerca! Todos se detienen y el brillo cambia de color mientras aumenta de tamaño. Un raro sonido llena el ambiente. La luz pierde forma y toma forma: figura de mujer; rostro hermoso que brilla; velo y vestido negros confundiéndose con el espacio infinito; brisa que refresca y balancea las suaves telas. Una voz que viene de todas partes.

- Hijos míos, ¿hacia dónde os dirigís? ¿Por qué esas armas y ese odio en vuestros corazones?

Los guerreros se sorprenden: una mujer blanca que les habla en su mismo idioma. Una nube brillante en un cielo despejado.

- Id mañana al templo y contadle al sacerdote lo que habéis visto, lo que habéis oído. Decidle que vuestra madre les ordena que os bauticéis. Que perdonen vuestros pecados y que os asignen un nombre a cada uno (para todos habrá…)

Algunos huyeron por el mismo camino por donde habían llegado.

- Dadles este bastón como prueba de mi presencia.

El artefacto flotó por un instante y luego desapareció de sus manos. Momentos después estaba a los pies del cacique guerrero…

… … …

El padre Juan José, un sacerdote descendiente de conquistadores y aborígenes da instrucciones dentro de la iglesia del pueblo para que la roja alfombra quedé bien colocada y pueda su eminencia encontrarla muy de su gusto…

- Padrecito, padrecito…

- Si, María.

- La fiestas de Nuestra Señora del Velo Negro van a estar hermosas.

- Sí, hija. Y más ahora cuando ha manifestado un nuevo milagro: la aparición de la palabra FE en su bastón…

Fuegos artificiales en cielo estrellado y de luna nueva. Inicio de las festividades.