sábado, 25 de febrero de 2012

ARCOIRIS DE CINCO COLORES


A mi amiga Noralis Ochoa

Cuando esta historia comenzó el diluvio solamente era un capítulo de la Biblia y los chinos ya habían inventado el artificio que permitía atravesar las paredes (los latinos del antiguo imperio lo llamaron puerta).

El arcoiris estaba allí con nuevos colores: el blanco mostrándonos lo hermoso de sus fronteras, el rojo del crepúsculo haciendo más misterioso el azul de sus mares y verdes relámpagos iluminando nuestro mundo…

El nazareno brindando a sus campos el suyo.

Es que después de levantarse y reconocer ante el espejo que la vida es alegría, observarla es reconfortarse con la existencia.

Pero llega la tarde… O mejor: y llega la tarde para que la despedida suene a campanario llamando a misa de las ocho y cuarto de la mañana.

sábado, 18 de febrero de 2012

ISHTAR


Publicado en Amerispanos (13 de julio de 2009)

Ella llegó una tarde con la salida del Sol. Aunque eran incontables fue a la que podían contar nuestros dedos. Todos le hacían barra. Transcurridas las primeras horas su esplendor iluminó el ahora. Mientras más cerrada la… más resplandece lo bella que es… Eran coros sutiles que deleitaban a las pocas miradas que se inclinaban al cielo…

Te oculta el tiempo, navegas a otros espacios, subes a lo alto, acompañas a la inspiradora y eres inspiración. Regalas tu encanto dejándolo en el éter. A las cercanías sólo le permites distancias. Allí estás desde el nacimiento…

Dejó a los corazones en la estación de un momento. Los ojos la buscaban y aunque no la miraban ella los iluminaba… eres la última en volver en las mañanas con la salida del Sol…

El mundo continúa su girar infinito y cuando llegue al fin seguirá eternamente hasta un día después del último… Así de sencillo es todo…

jueves, 16 de febrero de 2012

ACTAS Y REFRANES


En una ocasión, disfrutando de un hermoso paisaje, escuchaba la algarabía de los pueblos. Celebraban la selección de mi persona como posible rey del territorio. Estaban “más contentos que muchacho comiendo tierra”.

Millones de volantes confirmaban la aceptación… ¡Ah! Pero el rey no aceptaba ni estaba dispuesto a dejar sus prebendas. Así es que giro órdenes especiales a sus soldados. Sus consejeros reales prepararon el edicto con el retraso de un año de antelación… y se decían entre sí, mientras reían y se vanagloriaban de su poder: es que “donde ronca tigre no hay burro con reumatismo”

Pero el pueblo que sabe más que “pescado frito” y conscientes que “más sabe el diablo por viejo que por diablo”, ya se había deshecho de los anteriormente descritos volantes.

Entre tanto los soldados, cabalgando por todo el reinado, blandiendo espadas y empuñando escudos caían sobre cualquier casa de donde vieran salir algún humito. Partiendo desencantados al ver que solamente eran personas que compartían y celebraban con carne a la parrilla y cervecitas.

Cualquier columna de humo era vista con desconfianza. Se sabía que en los volantes (anteriormente descritos) confirmaban mi elección como futuro rey en donde dejaría de ser Sir Alberto de Catia para convertirme en Alberto de Catia Primero (es que “cuando el cochino es bueno hasta el rabo es chicharrón”). Mis súbditos lo habían previsto y se anticiparon a los malévolos planes de apoderarse de ellos y de acuerdo al compromiso los habían destruido… Pues “el que madruga coge agua clara”.

Yo entre tanto, campaneando mi limonada, decía en mis meditaciones: “tardes piaste pajarito”, aprende que siempre “no por mucho madrugar amanece más temprano”… Pero como dice el refrán: “no, nunca cantes victoria aunque en el estribo estés, muchos ya sobre el caballo tuvieron que andar a pie”.

lunes, 13 de febrero de 2012

EL DÍA "E14"


 14 de febrero, día de los enamorados. Según el calendario católico, día de san Valentín, por cuyo nombre se entiende que el santo era valiente. (Es un día que los árboles no celebran, pues a costa de sus existencias se generan ganancias en tarjetas y papeles).

El día anterior visité varios comercios especializados en esos menesteres y descubrí con asombro que absolutamente todos ofrecen algo para los que se quieren (al menos para uno de los que quiere): en la ferretería linternas para iluminarle el camino. En la calcería zapatos para seguirle las huellas. En el abasto cebollas y apios para la cena… Pinturas de labios, intermedias en el beso, para recordar evitarlos. Poemas que en el tiempo quizá alguien rescate…

Me comentaba un alto pana que inicialmente (y considera que lo sigue siendo) es el Día de los Enamorados. El agregado “amistad” es un invento comercial para aumentar las ventas, ya que así una sola persona no necesariamente compraría un regalo, pues se sobreentiende que tiene “amigos”… creciendo la lista con los solitarios de “amor”.

Por el camino he recorrido senderos llenos de flores, y cada cierto espacio las voy recolectando. Tengo en mis manos un ramillete de un poco más de una docena: una para cada una “de la única” con el pretexto del día…

Tengo un paso más que recorrer. Un sitio de verdes horizontes y azules reflejos con grises sonidos, cuya luz permite las sombras… (¡Guácala! Qué cursi… pero igual irá en la tarjeta)…

lunes, 6 de febrero de 2012

EN UN LUGAR COMÚN*

A Jaqueline de los Ríos.

Su forma, la forma simbólica de los corazones. Su color, el color simbólico de la pureza. Su centro, hueco y de la misma forma. Me ensució las manos, no supo comprender que lo había tomado con ternura y limpiado con mis caricias... Bueno, no importa, al menos suena bonito.

Esperaba el autobús donde tenía que esperarlo.

No había visto al corazón y le di con el pie, que si se lo pongo encima lo espaturro, (o me caigo), estaba solito: ¡Qué extraño, ¿quién tiraría su corazón en la avenida? ¡Cuántas veces yo al mío lo he dejado rodar!!! ¿Será por eso que está tan aporreado?

Casi al instante llegó un entrépito y descubrió un continente: ¡Caramba, que suerte, te has encontrado un corazón. Seguro que alguien piensa en estos momentos en ti. Le pelé los dientes y se creyó que le sonreía.

Esto ocurrió hace ya bastante tiempo. Iba al sitio inequívoco para tomar mi ruta. El paso lento y la mirada en los pies... en los zapatos: No quería un curioso en mis pensamientos. Pero soñaba con conseguir algo que me despertara, -menos mal que no fue un poste-. En el carrito me llevé un susto: La cartera guardaba suaves latidos.
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* Publicado en la revista “Para las Telarañas” Nro. 6. 1990. Págs. 75. (Centro de Investigaciones Lingüísticas y Literarias “Andrés Bello” (CILLAB) del Instituto Universitario Pedagógico de Caracas. Hoy Universidad Pedagógica Experimental Libertador- Instituto Pedagógico de Caracas.)

jueves, 2 de febrero de 2012

¿COME ÑAME TÚ?*

A Nathalia Malaver

Fui a inscribirme para obtener los beneficios que ofrece el gobierno a personas como yo. Me atendió un hombre vestido de verde oliva, muy respetuoso. Estaba sentado tras una mesa.

-    Buenas noches, caballero.

-    Buenas noches.

-   ¿Viene por el programa de beneficios que ofrece el gobierno o por las oportunidades que otorga?

-    Vengo por lo segundo, por las oportunidades que otorga.

-    Muy bien. Tomaré sus datos… Me dice su nombre.

-    ¿Mi nombre?

-    Sí, caballero, su nombre.

-    Es que… no me lo sé… no lo recuerdo… ¡qué sé yo!

-    ¿Cómo es eso?

-    Venga, vea y le explico… ¡Ojo! no me estoy burlando.

-    Bueno, explíquese.

-  Mi papá me continúa llamando, hijo, muchachito o carajito. Mi mamá, cariño, querubín, igualmente hijo o piojito. Mi abuelo se dirige a mí como nieto, heredero, muchacho y mis tíos como sobrino, joyita… Mi novia me dice papi, papito, corazón. Mis amigos, pana, bróder, pajúo, jodedor, pipidioro. Los compañeros de trabajo también son variados, flaco, zancudo, yeyo, palo de escoba… Hasta los siete años era bebé, niño, pichurrito, mi amor… fíjese, hasta yo mismo me doy nombres diferentes: si estoy de mal humor o algo me sale mal soy bestia, bruto, ignorante. En caso contrario, estrella, insuperable, magnífico… Se da cuenta por qué no recuerdo mi nombre.

-    Sí. Pero usted me complica la vida.

-    ¿Yo? ¿Por qué?

-    Ahora desconozco si el nombre que llevo es realmente el mío. Dese cuenta: cuando ingresé al cuartel era nuevo o recluta. Los que entraron conmigo me decían curso. A los seis meses era cabo y al año “mi sargento”. Ya pronto a salir era antiguo y una vez afuera, exrecluta. En el liceo era sabio, intelectual, sabelotodo. Con mis amigos de excursión guía o capitán. Los niños me dicen señor…

-   También entiendo… ¡Y tanto que le costó a nuestros padres ponernos un nombre!
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* Publicado en El Procesos-The Process Año II (MMIX). Nro. XIV.