domingo, 28 de agosto de 2011

DESAYUNO CRIOLLO (A LA VENEZOLANA)

En algunas ocasiones y por mi decisión unánime he visto la oportunidad de hospedarme por alguna noche en la que no quiero seguir andando. Por esos caminos siempre hay una hostería o una posada donde descansar.

En sus menús matutinos muy pocos incluyen desayuno criollo (recuerden que voy por todo el universo). El otro es el americano... Entonces pido un americano y me traen pan, pero yo quiero arepa, entonces me aclaran que eso es en el criollo. Entonces yo les refuto que la arepa es americana y lo criollo es americano… Pero como se darán cuenta... Nada que hacer… ¿Entonces?

Me voy por uno criollo y me traen huevo (frito u omelette), queso, caraotas, mantequilla, mermelada (que no sé de dónde salió incluirla), café con leche y las tan deseadas arepas... Opcionalmente un jugo, casi siempre de naranjas.

Ahora el cuento: las arepas (dos algunas veces) tienen el diámetro de la boca del vaso donde me traen el jugo y el espesor del fondo del mismo vaso. (Aquí fue cuando solté una llamada mala palabra de bajo calibre, pero de alto impacto para mi tranquilidad emocional). Dialogué con mi admirado ego y le dije: ¡eso no es desayuno criollo! Un desayuno criollo es queso blanco duro rallado, mantequilla (margarina en su defecto, siempre que sea de verdad, nada de light o ligera), huevo frito o en tortilla, café con leche, caraotas refritas con su toque de azúcar, y un vaso de agua… No, no se me ha olvidado la arepa. Para ella un párrafo especial.

Mi preferida es la que tiene un diámetro igual al del plato de la taza de café, el espesor del meñique de mi mano y en el centro un huequito que se le hace a la masa con el mismo dedo utilizado como símil… El toque final: frita... ¡Ah, "hijo er'diablo! ¡Ese es un desayuno criollo, isleño, como lo preparaba mi madre, aborigen de “lais’la” de donde es la patrona de oriente!

martes, 23 de agosto de 2011

CORAZÓN DE LEÓN, ALÍ Y LA DAMISELA


Dedicado a los amigos Ricardo Vargas y Oswaldo Azpurua
Viajaré al pasado. Cabalgaré por el pretérito del tiempo. Antes, en el térito daré descanso a mi caballo. Pastará en los verdes prados, beberá de la cristalidad de las aguas que los rodean. Iré hasta la edad media. Dejaré a mi compañero y en motocicleta haré las distancias.
Llegué, dí lectura a una crónica relacionada con la fundación de mi ciudad. Ladys and gentleman nos hicieron coro a compañeros de escrituras. Mientras dos escribanos tomaron nota del acto. Antes se presentaron como cultores del pueblo, hicieron notar ser de pensamientos siniestros en favor de la gente. Uno con el nombre del rey inglés destructor en las cruzadas, mientras su vasallo Robin de Sherwoodo defendía su reino; el otro con el seudónimo que emula al tío y mano derecha de quien inició una de las religiones más difundidas del mundo.
Nos presentan a una hermosa creadora de obras en favor de sus condados cercanos y lejanos… Es aquí donde está el detalle de lo que os narro: en medio de las deliciosas lecturas nuestra culta damisela abandona su asiento. Camina entre nosotros, se acerca al escribiente árabe y con voz muy baja, imaginándola muy dulce, pide al notable que evite nombrarla en sus escritos y dibujarla en sus papeles. Vuelve a su puesto de ella, mientras el amigo, no sin sorpresa, se dispone a complacerla…
Pero lo escrito (y dibujado), escrito (y dibujado) estará…

martes, 16 de agosto de 2011

INTRANSIGENCIA

Me doy gracias por andar armadurado... Cabalgaba en busca de mi ejército. Comenzada la noche estaba. Iluminado el paisaje con sus siete estrellas. Allí en la distancia. Anduve hasta alcanzarles, al trote el trayecto restante. En el punto ya habían arreado nuestro pendón con su trío de colores. Todos sentíamos orgullo.
Nuestro anterior rey había abdicado y gobernaba otro de verbo encendido y carisma peligroso. Los viejos símbolos eran apartados, cambiados o destruidos. El pendón desgarrado…
El imperio era atacado con vocabulario soez y divisionista. Pocos eran los seguidores, pero afanados en los ataques: condes, ministros, marqueses, acólitos y “mece hamacas” los más fanáticos.
Al inicio los contrarios fueron comedidos, luego ya no más y se igualaron con la misma actitud, aunque respetuosos todavía. No tenían congruencia ni unidad ni guía…
Los que inicialmente desgarraron el pendón no daban pruebas, sólo cuestionaban… Y es aquí donde recordé uno de mis viajes por el pasado. Época en que un naciente imperio y emporio ganaba su progreso a fuerza de sangre y destrucción, ofensas e intrigas, inquisiciones y corruptelas. “Defensores de valores” tenían como símbolo el arma homicida con que eliminaron al que tenían como iniciador e inspiración. Culpando a una raza de lo que ellos también hacían… miraban "la paja en el ojo ajeno"…

SALA 2 - BELLAS ARTES


Soy un caballero con más de cien años (ya lo había dicho), lo que no implica que aún me sorprenda y sea inocente (de inocencia)… Son las vivencias las que cuentan…
C.D.: Inicié el paseo por las ciencias. El avestruz a punto de moquillo: sus plumas traseras no están donde debería haber…
En días pasados buscaba mi historia y dejaba historia. Recorría las salas de las artes, esas que llaman bellas. Era un juego de imágenes yertas, divertidas y yertas también. Mi sorpresa se dispara en la 2 con sus esculturas: no podíamos ni susurrar, sólo guardar silencio (triste representación del guardián)… Terminé el recorrido y como creo haber dicho, me dirigí al parque de caobas.
Las caminerías estaban concurridas de niños con diferentes planes cada grupo. Caminaba (yo) silencioso con el recuerdo de la segunda sala… de pronto me puse nervioso, me percaté de que había una exposición de dinosaurios antiguos allí por donde paseaba. Eran aquellos robóticos que para verlos había que pagar, y que ahora las autoridades regionales ponían a disposición de todos de manera gratuita, aunque no movían ni “la pepa de los ojos” (los dinos, no las auto).
Es ahí donde mi inocencia se presenta, pues casi “me trago la lengua” por guardar silencio, no fuera a suceder que una de esas cosas nos persiguiera…

sábado, 13 de agosto de 2011

“¿EN LAS CANTINAS CUÁNTAS TE INFLAS?”


Un homenaje por sus… pero es que Mario así lo…
Si digo yo… pues, yo lo digo… Es que Cantinflas “es” genial…

“¿Cómo dice que me dijo que dijo…?” Es que me he enterado que… Fue el doce de agosto... Y ya ve, sigue siendo admirado... Estaría cumpliendo cien... Es que si no es así estaría cumpliendo menos… “Ahí está el detalle, chato”, o estaría cumpliendo más… “Como dijo el gran poeta, que no dijo nada porque no le dieron tiempo”.
Hay quienes dicen que otros dijeron que se dice que se había ido, pero que no se fue, qué le “parece que se ha ido, pero no es cierto”… Y entonces, ¿en qué quedamos…? Pues, nada que “hay momentos en la vida que son verdaderamente momentáneos” y a veces “ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contario”
Es que nuestra gente aún vive en “casas de cartón”… y peor, porque si está lloviendo o hace mucha lluvia… entonces las tumba… ¡Pues, así no se puede…! Ahora el cuento: tres casitas diarias para veinte… y usted ve, ahí están esperando como santo en iglesia que mendiga con la mano extendida… ¡Es que no hay derecho, señor…! Y si es que no puede porque no ha podido con lo que debería poder, ni modo, “a volar, joven…” Y lo que no es suyo ¿por qué se lo coge? Es que nunca lo enseñaron a respetar lo ajeno… ¡Es que no…! Ahí sí. Muy fácil todo: yo que vengo, aquel que viene… y entonces… ¿Entonces qué…? Que viene usted y… Así pues claro… ¿Y cuándo ya no esté…? ¡Ay, sí! No quería, pero al final quiso y se hizo el guiso… Nada, que ya no es…
Entonces me dije: tranquilo, cuate, vamos a pasear con el tiempo y por el tiempo… Y unos taquitos aquí… que “el mundo debería reírse más, pero después de haber comido”… Y nos vamos de cantina, nos inflamos uno de esos que… Y va, y nos quema el gaznate… que “si se necesita un sacrificio... renuncio a mi parte y agarro la suya"....

viernes, 12 de agosto de 2011

HISTORIA GENEALÓGICO-ANCESTRAL


No soy un apasionado de la historia, pero me gusta. Es interesante saber cómo ocurrieron ciertas cosas, aunque esa visión dependa del historiador… a menos que tengamos acceso a las fuentes originales y entonces tal vez sea peor, porque la interpretación será nuestra.
Tomemos un caso: si leemos sobre algún político difícilmente sabremos la verdad. Sus documentos, escritos por él o no (siendo lo más seguro) serán textos creados a conveniencia. Por ejemplo: en lo personal no creerán en la iglesia del status, pero se harán ungir bajo cualquier pretexto por una jerarquía que se prestará para el juego, y con toda la parafernalia que les puedan facilitar los medios de comunicación. Entonces los historiadores dirán: “Fiel devoto y practicante de nuestra santa religión”.
Leer historia es enterarse de la vida ajena, lo que a su vez uno transmite a otros, ya sea verbal o escritamente (en pocas palabras, el propio chisme). Ese interés me llevó a querer hacer mi propio árbol genealógico. Aunque en verdad me frustraba saber que no llegaría hasta Adán y Eva… Más complicado aún, ¿cómo podríamos partir de dos si cuando vamos hacia atrás, en vez de reducirse se multiplica…? Me explico: en el presente yo, me anteceden dos padres, cuatro abuelos, ocho bisabuelos, dieciséis tatarabuelos, treinta y dos tataratatarabuelos… y así hasta quién sabe dónde. Complicándose más si quiero saber las generaciones a las que han pertenecido, como en el cuento del grano de trigo en el tablero de ajedrez (podéis poner arroz si os gusta).
Fui al museo de Ciencias. Imaginé que allí estaban las pruebas relacionadas con mis más antiguos ancestros. No me equivoqué en eso. En lo que si pienso ahora es en creer que era como lo había pensado. Además, conociendo mis propios atributos me dije: no es por aquí por donde debí empezar… y me dirigí a otro museo cercano, el de Bellas Artes.
Tenía que ser ahí donde estaba mi pasado. Raudo y con pasos medidos caminé hacia mi propia historia. Visité pasillo tras pasillo comenzando por el primero que pisé. Pude observar esculturas y cuadros, abstractos y tradicionales, todos clásicos. Un enorme monumento sin forma definida me pareció que podría ser la inspiración de mi árbol. De ser así, lo tuve por muy extraño y sin composición conocida. Me sorprendió tan geométrica estructura. La contemplé por largo rato y concluí que era una de las columnas que sostenía el edificio.
Salí más confundido que antes. Caminé hacia un parque de caobas adyacente a mirar aquel verdor acompañado de cemento y gente. Mi pasado se quedó en alguna parte, mi presente estaba conmigo, no había más nada que hacer.