martes, 24 de mayo de 2011

EL SOL EN NOCHE DE ESTRELLAS

Hace pocos días  hice un corto largo viaje. Cabalgué hasta una isla que, desde mi punto de referencia, se encuentra al otro lado del mundo. No recuerdo el nombre de esa pequeña gran nación, solamente estoy seguro de que hablan japonés.
Llegué un poco antes de la hora del almuerzo y entré a una posada de comida internacional. Saboreé varios platos, entre ellos uno especialidad de la casa llamado “chuchi”. El local era exclusivo: la brisa refrescaba el ambiente, el rocío se dejaba sentir y un bello jardín completaba el cuadro… El final de esta historia es un ¡lero-lero…!  No sabía si mirar al frente o al lado.
El almuerzo estuvo delicioso y el postre exquisito. Pero en el mundo no dejan de haber agradables sorpresas que siempre son las mejores. Un hecho inesperado que no esperaba. Un regalo que llegó antes de lo previsto…
(Por cierto, aproveché para deshacerme de una cinta inaceptable).

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