domingo, 8 de mayo de 2011

DESPECHO*

Son melodías que rebozan los vasos capilares de mi cuerpo. Que erupcionan en mis poros anhelos por un pasado distante. Melodías que traen al presente las veinticuatro horas de las madres.
Madre hay sólo una, (menos mal).
Es este un instante que me hace sentir viejas emociones, lejanos placeres, urgentes necesidades. Se vuelcan a mi conciencia añejos sucesos: El primer despecho es como de primer amor: No se olvida, ni dejamos de recordarlo.
El mío también es muy especial. Te lo pregunto y no sabes responder, sólo afirmas ignorarlo...
Sí, madre, fuiste tú la culpable de mi primer despecho... Era la edad de la inocencia, de los pucheros, y de seguro estaba entre tus brazos. Sí. Recuérdalo. Me despechaste.
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* Publicado en la revista “Para las Telarañas” Nro. 4 y 5. 1985. Págs. 25.(Centro de Investigaciones Lingüísticas y Literarias “Andrés Bello” (CILLAB) del Instituto Universitario Pedagógico de Caracas. Hoy Universidad Pedagógica Experimental Libertador- Instituto Pedagógico de Caracas.)

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