jueves, 20 de octubre de 2011

EL ENCONTRONAZO*

Hace unos cuantos años llegaron tres naves de palo que salieron del Puerto de Palos a caerle a palos a los habitantes presentes y descendientes desde hacía siglos en este continente…

El tipo, un tal Colón, les ofreció un negocio a Portugal y a Inglaterra, pero estos se negaron y entonces se fue a España (¡olé!). Aquí también le informaron que de su idea, “nanai nanaina”.

Como perrito con la cola entre… corrió hasta Francia pero aquí… No, aquí no, pues, los curas no le dieron tiempo a que llegara y lo conminaron a regresarse a Cabildo… (Lo siento, esa es otra historia de trescientos años más adelante)… y lo conminaron a volver a España en donde ellos (los curas) hablarían con sus majestades los Reyes Católicos de España (¡y olé! -otra vez-).

Se sentaron (Cristóbal y los Reyes) en las sillas adjuntas a la mesa de negociaciones… (¡Qué difícil es aflojar billetes!)… Pidieron prestado, empeñaron joyas y listo: ¡resuelto el problema económico!

Por cierto, olvidé decir antes que, lo que el tal Cristóbal buscaba era viajar por “la mar océano”, pues según él, había otro camino para llegar a las Indias (no precisamente chicas bellas), uno más cómodo (un camino), ya que se había enterado que la Tierra era… tal vez no me lo crean, que la Tierra era redonda… (En aquellos años de mil cuatrocientos y tanto aún se pensaba (algunos lo hacían) que la Tierra era plana, que el Sol y la Luna giraban alrededor de ella… (¡Qué molleja!).

Se dice (no me lo crean a mi) que los primeros en llegar por estos lares fueron vikingos. Que lo hicieron por allá arriba hace como mil años por donde hoy se encuentran los Estado Unidos (USA)…

Continúo: el tres de agosto de mil cuatrocientos noventa y dos, con ciento veinte tipos, sale Colón del puerto que pronosticaba lo que iban a hacer con los que encontraran por la vía. Las tres naves eran… adivinen: rogando a Santa María que la Niña se ponga tremenda Pinta…

Durante dos meses navegando y con sólo agua y cielo la tripulación se quería amotinar, pero Coloncito tenía labia y pudo controlarlos. Diez días después (dicen, tampoco me lo crean) que un tal Rodrigo de Triana (que al parecer no fue el que se puso gritar)… bueno, grito: ¡Tierra! ¡Tierra! ¡Tierra!.. y se ganó unos realitos que habían ofrecidos los Reyes al primero que viera algo más que agua… ¡Ah! pero el muy vivo de Colón lo montó en la olla, pues dijo que en la noche anterior había visto una lucecita en la lontananza… y cobro los cobres…

Era doce de octubre del mismo año descrito arriba cuando desembarcó en un territorio que llamaban Guanahaní, actualmente denominada Watling, por allá por las Bahamas, y como el Colón se creyó su dueño y señor la llamó San Salvador, porque dizque lo salvó de regresar derrotado a España en donde le iban a cobrar billete sobre billete y él no iba a tener con qué pagarlos.

Lo primero que hizo Colón al tocar tierra fue: clavar una cruz, decir que todo eso era de él en nombre de los Reyes Católicos españoles y ponerle el nombre que dije antes…
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* Publicado en Amerispanos (14 de octubre de 2007).

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