viernes, 12 de agosto de 2011

HISTORIA GENEALÓGICO-ANCESTRAL


No soy un apasionado de la historia, pero me gusta. Es interesante saber cómo ocurrieron ciertas cosas, aunque esa visión dependa del historiador… a menos que tengamos acceso a las fuentes originales y entonces tal vez sea peor, porque la interpretación será nuestra.
Tomemos un caso: si leemos sobre algún político difícilmente sabremos la verdad. Sus documentos, escritos por él o no (siendo lo más seguro) serán textos creados a conveniencia. Por ejemplo: en lo personal no creerán en la iglesia del status, pero se harán ungir bajo cualquier pretexto por una jerarquía que se prestará para el juego, y con toda la parafernalia que les puedan facilitar los medios de comunicación. Entonces los historiadores dirán: “Fiel devoto y practicante de nuestra santa religión”.
Leer historia es enterarse de la vida ajena, lo que a su vez uno transmite a otros, ya sea verbal o escritamente (en pocas palabras, el propio chisme). Ese interés me llevó a querer hacer mi propio árbol genealógico. Aunque en verdad me frustraba saber que no llegaría hasta Adán y Eva… Más complicado aún, ¿cómo podríamos partir de dos si cuando vamos hacia atrás, en vez de reducirse se multiplica…? Me explico: en el presente yo, me anteceden dos padres, cuatro abuelos, ocho bisabuelos, dieciséis tatarabuelos, treinta y dos tataratatarabuelos… y así hasta quién sabe dónde. Complicándose más si quiero saber las generaciones a las que han pertenecido, como en el cuento del grano de trigo en el tablero de ajedrez (podéis poner arroz si os gusta).
Fui al museo de Ciencias. Imaginé que allí estaban las pruebas relacionadas con mis más antiguos ancestros. No me equivoqué en eso. En lo que si pienso ahora es en creer que era como lo había pensado. Además, conociendo mis propios atributos me dije: no es por aquí por donde debí empezar… y me dirigí a otro museo cercano, el de Bellas Artes.
Tenía que ser ahí donde estaba mi pasado. Raudo y con pasos medidos caminé hacia mi propia historia. Visité pasillo tras pasillo comenzando por el primero que pisé. Pude observar esculturas y cuadros, abstractos y tradicionales, todos clásicos. Un enorme monumento sin forma definida me pareció que podría ser la inspiración de mi árbol. De ser así, lo tuve por muy extraño y sin composición conocida. Me sorprendió tan geométrica estructura. La contemplé por largo rato y concluí que era una de las columnas que sostenía el edificio.
Salí más confundido que antes. Caminé hacia un parque de caobas adyacente a mirar aquel verdor acompañado de cemento y gente. Mi pasado se quedó en alguna parte, mi presente estaba conmigo, no había más nada que hacer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me gustaría conocer lo que conoces después de haber conocido lo antes escrito.

NOTA: en el campo "Comentar como:" seleccione la opción "Nombre/URL" y deje escrito el "Nombre" con el que quiera ser identificado (el "URL" o "dirección de internet" es opcional).