jueves, 15 de agosto de 2013

ELLA ES TODA UNA DAMA

Teníamos unos treinta años. Ella era toda una dama: me pagaba el paisaje, me cedía el asiento, me permitía pasar de primero, me brindaba el café…

Era agradable caminar bajo la lluvia. Mi impermeable alargado y mi paraguas me protegían del agua, mientras ella caminaba a mi lado.

Recuerdo con mucho cariño la ocasión en que cómodamente sentado yo miraba pasar los otros vehículos y ella estuvo a punto de caer debido a un brusco frenazo. Ese día le aconsejé que no continuara viajando de pies.

Otro momento grato fue aquel en el que levantándonos muy de madrugada y en el que ella faltando a su trabajo fue hasta el registro público a hacer la cola para que a media mañana cuando yo llegara no tuviera que esperar demasiado.


En una de nuestras conversas, de esas en las que se habla de vida en pareja, matrimonio, etc. me dijo que desconocía lo que se ha dado en llamar los oficios del hogar. Le comenté que a pesar de su importancia no era relevante para un acuerdo, que se podía contratar a alguien para que le enseñara… es una dama y desde ese momento no he vuelto a saber de ella…

1 comentario:

  1. Sir, 20 puntos.....ese texto es como algodon de azucar.....

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Me gustaría conocer lo que conoces después de haber conocido lo antes escrito.

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