miércoles, 28 de diciembre de 2011

MUJERES BELLAS


¿Quién no ha visto como se mueven esas damas en la cocina? Son tan hermosas cuando con el utensilio adecuado hacen trocitos con alguna verdura y preparan un delicioso almuerzo. Como en un milagro convierten en arepas lo que antes era harina… (¿Seremos tan crueles de quitarles ese privilegio?).

El prodigio con que toman un cepillo y una esponja para dar lustro a unas cerámicas que de opacas han comenzado a brillar… (¡Y dios quiera que aun siendo inocentes seamos responsables de un sucito!).

¿Y las ventanas? Esos vidrios rectangulares que iluminan y dan prestigio al hogar… ¡Cómo resplandecen cuando la reina de la casa con su varita y sus palabras hacen en poco tiempo que podamos ver a través de ellas el paisaje, o nuestra imagen si fue un espejo el beneficiado de sus habilidades.

El canto de su voz y su sonoridad inundan todo el ambiente: - ¡Mucho cuidado con ensuciar los muebles! Y la fanfarria final: - ¡Se limpian bien los zapatos cuando pasen!

Finalmente, un poco antes de que ella se rinda a los placeres merecidos de un descanso reconfortante, de un sueño reparador, mientras regresamos de cualquier cosa en la cocina, siervos, esclavos y obedientes como somos, reconociéndole su tacto distinguido y culinario, le pedimos que nos prepare una deliciosa taza de café…

sábado, 24 de diciembre de 2011

CONFUSIÓN NAVIDEÑA*

Aún contando con un nuevo año que me da experiencias y aprendizajes me son más confusas algunas situaciones. Ha llegado otra navidad. Lo sé porque en mi casa han colocado un arbolito con muchos adornos y luces. También el nacimiento con muchos juguetes y luces. Lo sé porque mi papá y mi mamá llegan con paquetes, pasan de prisa evitando mi curiosidad y diciéndome cosas que no entiendo cuando les pregunto.

Mi familia no es muy extensa, está conformada por unos cuantos que cuando se reúnen parece que pelearan, pero sólo discuten. Es por allí que viene mi confusión: todos me corrigen, me regañan, me dicen algo. Uno de mis tíos me preguntaba si le había hecho la carta al niño Jesús. Mi primo del tatuaje si le pedí a santa Nicolás. Algunos de mis amiguitos afirman que son mis padres los que me dan los regalos (lo que es cierto, mis padres me dan regalos). Cuando a mi abuelo le digo que quiero un baloncito de beisbol trata de tranquilizarme diciéndome que me lo traerán los reyes. El día de las varillas humeantes con agradable olor mi prima hace una carta donde anota mis deseos para el espíritu de la navidad. Mi hermana que vive lejos, dice mi tío que a dos calles, me preguntó por lo que quería como regalo.

Hoy recordando un poquito me doy cuenta que el año pasado fue muy parecido. Al igual que ahora tenía muchas ilusiones de que me dieran muchos, muchos regalos… Llegados los momentos estuve muy feliz por todo lo que recibí, pero no fueron tantos ni los que yo quería.
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* Enviado al Foro de Proyecto Expresiones” (19/12/2010)

lunes, 19 de diciembre de 2011

LA PREGONERA*

A Miriam Gil

Allí estaba Miriam, como siempre. Su pregón repartiéndose en el viento por todo el mercado:

- ¡Chicharrones! ¡Frescos los chicharrones!

Muchos al pasar la saludaban con cortesía. En los ojos de otros el deseo y la gula.

- ¡Tengo los sabrosos chicharrones de guayaba!

Su voz tiene hoy el tono melancólico de las gargantas que poseen tonos melancólicos. Entre sus manos toma las populares y tostadas conchas, las balancea, y cobra el costo de su peso. Casi como un susurro, pero en voz alta, confiesa algo al comprador. Miriam no discute hoy como otras tantas veces...

- ¡Señora, chicharrón de guayaba para sus hallaquitas!

Su nostalgia despertó mi nostalgia. Me acerco a ella y le pregunto, (antes quiso despacharme):

- Gracias, pero, solamente quiero saber algo: ¿Cómo es eso de chicharrón de guayaba?

Par de lágrimas se dejaron caer de sus pardos ojos. Con palabras que denotaban un leve quiebre me regaló su secreto:

- Guayaba era el nombre de la marrana. Un animal muy lindo al que había estado engordando hace más de un año... Le había tomado mucho cariño...

- Señor, ¡tengo el sabroso chicharrón de guayaba!
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* Publicado en la revista “Para las Telarañas” Nro. 4 y 5. 1985. Págs. 27. (Centro de Investigaciones Lingüísticas y Literarias “Andrés Bello” (CILLAB) del Instituto Universitario Pedagógico de Caracas. Hoy Universidad Pedagógica Experimental Libertador- Instituto Pedagógico de Caracas.).



jueves, 15 de diciembre de 2011

ELLA, YO Y EL FAROLITO

En la mayor parte de su tránsito nuestra mamá trabajó en el diseño y confección de vestidos (en su más amplio significado) y muy especialmente para las damas. Sus clientes siempre se fueron satisfechos con sus creaciones, luciéndolos orgullosos. En ese ámbito (y en otros también) donde le correspondió desenvolverse fue muy popular y buscada. Ninguna labor le era pequeña: pegar un cierre, arreglar un cuello, recoger un ruedo… Antes de ser modelados en un acto de graduación, en unos quince años o en cualquier otra gala, esos trajes salieron de sus manos mágicas.

En algunos momentos recuerdo sus espacios con múltiples retazos de telas, botones para cada ocasión, figurines, hilos en variados colores, sus tijeras (prohibidas para lo que no fueran los cortes de su costura), y la correa de la máquina.

En lo personal me conté entre sus clientes y ayudantes. Como lo primero lucí camisas exclusivas adelantadas a la moda para el momento. Como lo segundo y gracias a ello me adentré en ese mundo de la sastrería y la confección. Estaba ella en su labor cuando en una llamada dábame unas monedas, un trozo de gabardina y las instrucciones: - Ve al Farolito y me traes un cierre de cuarenta para dama de este color… Otras veces un recorte estampado y una muestra: - Que te forren media docena de botones de este tamaño… Eran labores sencillas de ir y venir, salvo regresar por un encargo pendiente… o por haberme equivocado (siendo en este caso de inmediato). Era una distancia de unos ochocientos metros en un solo sentido.

De bordados, encajes, cintas e hilos me quedó la experiencia. Aprendí a pegar botones, ensartar agujas, recoger ruedos y hacer mandados.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

HISTORIA DE TASCA

La historia a partir de una leyenda urbana... Es uno de esos sitios en los que hombres y mujeres se reúnen para conversar y compartir tragos de diferentes sabores, y distintos resultados. Me correspondió con amigos de vieja data, entre ellos un historiador afamado que se transportó a los lejanos tiempos de los faraones donde los ingresos del pueblo se gastaban en construir tumbas, en donde tener esclavos era un privilegio y tener esposa (o esposas) exigía obligaciones parecidas a las presentes: mantenerlas contentas, felices, alegres…

El relato no tiene que ver con ningún faraón, pero si con uno de sus ministros. Era un personaje que a pesar del poco sueldo por sus obligaciones y a fuerza de tesón había hecho una de las fortunas más grandiosas del imperio. (Esto le permitía tener caballos, viviendas, esposas y esclavos).

Todos eran felices… bueno, salvo la preferida que en los momentos de intimidad (ni aun en el matrimonio) había conocido el placer que le brinda la cercanía de cuerpos que comparten caricias, clímax y relax.

Muy preocupado… (tomen en cuenta que mi amigo, el historiador entre cerveza y cerveza nos cuenta lo que él ya conoce)… Muy preocupado nuestro protagonista acudió hasta uno de los sumos sacerdotes y le narró su tragedia:

- Mi mujer se muestra indiferente en nuestros encuentros, sin emociones. Me permite avanzar hasta donde quiera y compartir cualquier fantasía, pero ni aún con eso logra la dicha.

Vino el consejo, el sabio consejo:

- Échale aire, abanícala mientras tengan la fiesta del coito…

Aunque extrañado, el ministro se propuso hacer lo recomendado. Tomó a unos de sus esclavos más fornidos. Capturado en tierras africanas y que había comprado a un costo elevado (a cuenta del erario y que nada le pesaba). Le dio instrucciones de que permaneciera con ellos en la habitación. Que al momento de las relaciones entre él y su esposa los abanicara constantemente… Así ocurrió durante varias noches: el esclavo abanicando, el ministro en su quehacer y la esposa indiferente…

- Mi amor, ¿qué te parece? (preguntaba el esposo con insistencia).

- Nada, mi amor, nada… (respondía ella).

Y todas las mañanas era el mismo rezo, amo-esclavo:

- No sabes abanicar, echar el aire... ¡Inútil!, sólo sirves para cargar bultos…

Un día cualquiera, el hombre ya “jarto”, le arrebata el abanico al esclavo y le ordena que se suba a la cama, tome el puesto de esposo, mientras él, aunque ministro, tomaría la función de abanicarles… Estando en plena faena le pregunta el ministro a la mujer:

- Mi amor, ¿cómo te sientes…?

Entre griticos, suspiros y respiración entrecortada le responde:

- Sí… a punto de… soy muy feliz…

Vuelto una fiera el hombre suelta el abanico y se enfrenta al esclavo: - ¡Te das cuenta, negro el carrizo, como es que se echa aire…!

sábado, 26 de noviembre de 2011

UNA NUEVA APARICIÓN

Aborigen desplantando yuca de la tierra fértil. Su pareja sentimental en la mar pescando. Todos haciendo: tejiendo cestas, creando alfarería, enchinchorrados, niños corriendo por el campamento… ninguno sabe de pecados…

Hace algunos años llegaron los conquistadores con pólvora y religión. Perros, espadas y caballos doblegando a la pureza, a la inocencia, esas mismas que pregonaba el Maestro… pero son “duros de roer”.

Las cosechas se perdían y la corona no recibía el oro que, según ellos, serviría para “civilizar estas tierras”. Entonces uno de los sacerdotes le planteó un plan a “su eminencia”, un plan que estaba dando buenos frutos en otras latitudes. Explayose con lujos de detalles. Terminada la exposición el superior quedó complacido y manifestó su deseo de comenzar de inmediato. Contactarían a un ebanista, Francisco Estévez, que por unas onzas de oro haría cualquier cosa. Y a unos trashumantes recién llegados de la madre patria (la de ellos)…

Entre tanto los verdaderos dueños de estas tierras buscaban la manera de expulsar a los invasores, mas sus armas eran débiles contra las de ellos y raras enfermedades los estaban mermando. Con todo eran grandes guerreros, valientes y buenos estrategas…

Contactado los artistas les explicaron lo que tenían que hacer. Su trabajo los llevaría al cielo… además de ganarse algunas monedas que harían más liviana sus penalidades en este valle de lágrimas. Protagonistas serían una actriz muy hermosa del grupo y dos sacerdotes de la congregación que ayudarían.

Todo tenía una fecha, pero una cosa piensa la burra y otra quien arriba la arrea. Cierto día, sin luna visible, los dueños de las tierras se preparaban para atacar al poblado invasor. Avisados los nuevos pobladores por algún traidor a su gente apresuraron los preparativos del complot.

Noche oscura en la sabana. Estrellas lejanas en el firmamento. Decenas de guerreros se acercan sigilosos. Caminan como gatos entre los matorrales. Imitan a las aves nocturnas para transmitirse señales…

¡Una estrella sale de su posición y se les acerca! Todos se detienen y el brillo cambia de color mientras aumenta de tamaño. Un raro sonido llena el ambiente. La luz pierde forma y toma forma: figura de mujer; rostro hermoso que brilla; velo y vestido negros confundiéndose con el espacio infinito; brisa que refresca y balancea las suaves telas. Una voz que viene de todas partes.

- Hijos míos, ¿hacia dónde os dirigís? ¿Por qué esas armas y ese odio en vuestros corazones?

Los guerreros se sorprenden: una mujer blanca que les habla en su mismo idioma. Una nube brillante en un cielo despejado.

- Id mañana al templo y contadle al sacerdote lo que habéis visto, lo que habéis oído. Decidle que vuestra madre les ordena que os bauticéis. Que perdonen vuestros pecados y que os asignen un nombre a cada uno (para todos habrá…)

Algunos huyeron por el mismo camino por donde habían llegado.

- Dadles este bastón como prueba de mi presencia.

El artefacto flotó por un instante y luego desapareció de sus manos. Momentos después estaba a los pies del cacique guerrero…

… … …

El padre Juan José, un sacerdote descendiente de conquistadores y aborígenes da instrucciones dentro de la iglesia del pueblo para que la roja alfombra quedé bien colocada y pueda su eminencia encontrarla muy de su gusto…

- Padrecito, padrecito…

- Si, María.

- La fiestas de Nuestra Señora del Velo Negro van a estar hermosas.

- Sí, hija. Y más ahora cuando ha manifestado un nuevo milagro: la aparición de la palabra FE en su bastón…

Fuegos artificiales en cielo estrellado y de luna nueva. Inicio de las festividades.

viernes, 21 de octubre de 2011

EPI LANIA AYOLOJO

La isla americana, la isla más grande de los mares terrestres. Isla dividida en dos extensiones: Venezuela y los demás países. Los primitivos habitantes viviendo en sus propias creencias. Pero llegó el descubridor, y con él los conquistadores, y con ellos las supersticiones religiosas. El enfrentamiento fue terrible: al trueno del arcabuz el vuelo de la flecha. Es en ese ambiente donde crece la leyenda. Sus padres, los hechos acaecidos. Su madre, la imaginación humana.

Tüitüi e’ichi, simple habitante de una tribu costera... Al bronce de su piel le cubre el guayuco. Nobles los sentimientos, extraordinaria la fuerza. Sobresaliente tan sólo entre sus hermanos paternos, no se le conoció compañera. Colgaba a su cuello la imagen dorada de un dios, y al que se atribuían poderosos poderes. Nadie conocía el significado de aquello.

Una joven y con... cierta belleza, enamorada del valiente trabajador, una noche de eclipse fue hasta el dormitorio de su amante. Silenciosa evita los ruidos delatores, pero el singular olfato auditivo percibió la presencia. Presto a la defensa se levantó con agilidad felina. Al verla sus músculos tensos se relaxjaron y un extraño brillo se desprendió de sus negras pupilas. El deseado abrazo no se hizo esperar. La voz femenina susurraba al oído, al tiempo que preguntaba sobre el significado de aquel misterioso collar. La respuesta varonil no alargó la espera: -Aashaje'eraa iipünaa anülia.

jueves, 20 de octubre de 2011

EL ENCONTRONAZO*

Hace unos cuantos años llegaron tres naves de palo que salieron del Puerto de Palos a caerle a palos a los habitantes presentes y descendientes desde hacía siglos en este continente…

El tipo, un tal Colón, les ofreció un negocio a Portugal y a Inglaterra, pero estos se negaron y entonces se fue a España (¡olé!). Aquí también le informaron que de su idea, “nanai nanaina”.

Como perrito con la cola entre… corrió hasta Francia pero aquí… No, aquí no, pues, los curas no le dieron tiempo a que llegara y lo conminaron a regresarse a Cabildo… (Lo siento, esa es otra historia de trescientos años más adelante)… y lo conminaron a volver a España en donde ellos (los curas) hablarían con sus majestades los Reyes Católicos de España (¡y olé! -otra vez-).

Se sentaron (Cristóbal y los Reyes) en las sillas adjuntas a la mesa de negociaciones… (¡Qué difícil es aflojar billetes!)… Pidieron prestado, empeñaron joyas y listo: ¡resuelto el problema económico!

Por cierto, olvidé decir antes que, lo que el tal Cristóbal buscaba era viajar por “la mar océano”, pues según él, había otro camino para llegar a las Indias (no precisamente chicas bellas), uno más cómodo (un camino), ya que se había enterado que la Tierra era… tal vez no me lo crean, que la Tierra era redonda… (En aquellos años de mil cuatrocientos y tanto aún se pensaba (algunos lo hacían) que la Tierra era plana, que el Sol y la Luna giraban alrededor de ella… (¡Qué molleja!).

Se dice (no me lo crean a mi) que los primeros en llegar por estos lares fueron vikingos. Que lo hicieron por allá arriba hace como mil años por donde hoy se encuentran los Estado Unidos (USA)…

Continúo: el tres de agosto de mil cuatrocientos noventa y dos, con ciento veinte tipos, sale Colón del puerto que pronosticaba lo que iban a hacer con los que encontraran por la vía. Las tres naves eran… adivinen: rogando a Santa María que la Niña se ponga tremenda Pinta…

Durante dos meses navegando y con sólo agua y cielo la tripulación se quería amotinar, pero Coloncito tenía labia y pudo controlarlos. Diez días después (dicen, tampoco me lo crean) que un tal Rodrigo de Triana (que al parecer no fue el que se puso gritar)… bueno, grito: ¡Tierra! ¡Tierra! ¡Tierra!.. y se ganó unos realitos que habían ofrecidos los Reyes al primero que viera algo más que agua… ¡Ah! pero el muy vivo de Colón lo montó en la olla, pues dijo que en la noche anterior había visto una lucecita en la lontananza… y cobro los cobres…

Era doce de octubre del mismo año descrito arriba cuando desembarcó en un territorio que llamaban Guanahaní, actualmente denominada Watling, por allá por las Bahamas, y como el Colón se creyó su dueño y señor la llamó San Salvador, porque dizque lo salvó de regresar derrotado a España en donde le iban a cobrar billete sobre billete y él no iba a tener con qué pagarlos.

Lo primero que hizo Colón al tocar tierra fue: clavar una cruz, decir que todo eso era de él en nombre de los Reyes Católicos españoles y ponerle el nombre que dije antes…
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* Publicado en Amerispanos (14 de octubre de 2007).

viernes, 7 de octubre de 2011

19 DE ABRIL DE 1810

Es la llamada semana santa por algunas religiones. Es un tiempo que por estos lados la católica controla casi todo el espectro. Infunde temor y terror al tiempo que habla de un padre amoroso. Larguísimos sermones mantienen a la gente en los templos mientras el calor los sofoca. Amos y esclavos por las calles.

Se escucha un alboroto por una de las esquinas de plaza mayor, esa que también es mercado. Soldados detienen al Capitán General y lo obligan a regresar al Cabildo de donde no debió salir con el cuento de que iba a misa y sabiendo cómo estaban las cosas (además, no tendríamos ese día de asueto en nuestro presente). En este percance había un cura involucrado (cuándo no).

Los Amos del Valle como los llamó un escritor del siglo veinte (Francisco Herrera Luque) pugnaban por quitarse de encima a los amos españoles y ser solamente ellos los únicos amos. Discusiones y habladeras se entremezclaban con chismes. Vicente Emparan decidió realizar un plebiscito improvisado y verbal con la gente que se encontraba en la plaza.

Una vez en la ventana y con Madariaga (el cura que mencioné antes) a su retaguardia preguntó con voz que pudiera ser escuchada hasta por el más lejano: ¡Atención, atención! Les habla vuestro Capitán General… Señores, ¿queréis que os siga gobernando en nombre de su Majestad Don Fernando Séptimo de España?

Nota: entre ese pueblo reunido había infiltrados de los que querían el cambio político. Regaditos por aquí y por allá y que a una señal convenida con el curita tomarían acción.

Seguimos… Fernando Séptimo de España? Casi al unísono todos comenzaron a gritar: ¡No, no lo queremos! (la señal de Madariaga fue con el dedito moviéndolo de un lado al otro)… ¡Fuera! ¡Fuera! ¡Fuera!

- Puesto que así lo queréis, yo tampoco quiero mandaros. He de renunciar…

Viernes santo, 20 de abril de 1810… o unos días después, no lo recuerdo, Don Vicente fue llevado al Puerto de La Guaira y embarcado (no embarcado de que lo dejaron esperando, sino embarcado de que lo montaron en un barco) con un rumbo que lo alejaba para siempre...

Venezuela comenzó a ser dueña de su destino, aunque faltaban tragos amargos… ¡Y los que estamos bebiendo! (Esta última oración puede ser eliminada en caso de que no se esté cumpliendo al momento de leer mi relato).

VOCACIÓN

Durante muchos años fui sacerdote hasta que…

Trabajé los domingos y en fiestas patronales. Llevé a muchos niños a entrar en nuestro mundo sin saber (ellos) a dónde iban y sin entender (ellos) lo que pasaba. Adoctriné a otros más grandecitos en lo que yo creía, sin preguntarles en qué creían (ellos). Uní parejas para toda la eternidad sin tomar en cuenta las realidades de la vida. Escuché con paciencia lo que muchos consideran sus pecados e intenté orientarlos por el camino que a mí me habían mostrado. Estuve presente en momentos de tragedia de mis hermanos a los que sin embargo no corrijo cuando me dicen “padre”, aun sabiendo que hay uno sólo…

Cambiando un poco del tema, recordaba con especial agrado a una linda feligresa…

Prosigo. Tengo un recuerdo muy especial que marcó de por vida mi vocación. Fueron muchas las palabras que derramé sobre seres humanos que estaban prontos a “saltar el charco” (muy pocos se han devuelto desde la orilla). Fue en uno de esos momentos que tuve que recapitular todo lo aprendido.

Era un hombre de setenta y ocho años que tenía en su haber unos cuantos toques en su experimentado cerebro. Me fue a buscar la hermosa muchacha de la que antes hablé, hija del difun… perdón, del viejito en trance. Le pedí que se sentara a mi lado mientras terminaba de desayunar y sin ofrecerle nada. Cuarenta y cinco minutos después caminábamos hacía una casa hogar.

Llegados al sitio la muchacha se tenía que ir y se fue. Me quedé a solas con el acostadito, porque así estaba. Apenas me acerqué y luego de bendecirlo le dejé saber que quería llevarle “la palabra de Dios”. Él aún con su voz entendible me ripostó: - Pierde su tiempo, padre, dentro de poco conversaré directamente con Él… ¿quiere que le dé un mensaje o algún encarguito de su parte?

domingo, 25 de septiembre de 2011

ALBOR

En días pasados encontré un extraño libro que habla sobre la formación del ser humano y todo lo que nos rodea. Después de su lectura saqué algunas conclusiones relacionadas con aspectos que desde hacía tiempo me inquietaban… pero no me quitaban la tranquilidad.

Según lo escrito el génesis fue con el macho de la especie, siguiéndole la hembra a partir del costado (no se aclara si el derecho o el siniestro) por lo que tenemos, según el vocabulario del siglo veintiuno, “costillas piratas”.

Luego, por motivos que no vienen al caso, fueron expulsados de ese ambiente ideal, colocando a las puertas (interpreto que sería un palacio o una mansión) un guardián con arma flameante (¿espada de luz?).

A partir de éste punto haré (de hacer, no de arar) mis reflexiones.

Todo indica que hubo un triángulo amoroso y errores históricos al señalar a los personajes. Se dice que varón y varonesa fueron la pareja inicial, completando el trío con la cuaima… Y es aquí donde me parece que “hubieron” los errores a lo que hice referencia. ¿Acaso no es la cuaima la pareja oficial de la pareja?

Dice que el dueño de la mansión les puso condiciones para evitar sus conocimientos del bien y el mal, en esencia: la verdad. Mas por sus actos de desobediencia fue que se descubrió el patuque.

Les cuento: efectivamente primero fue el varón. Luego la expropiación de una parte de su cuerpo para la contraparte: la hembra. Entonces lo cierto es: la cuaima fue el segundo ser. Y por incompatibilidad de caracteres y quejas del donador se hizo la que formaría el triángulo: la varonesa…

Se dan cuenta por qué la cuaima primero la tentó a ella que en su “pecado” lo arrastró a él. Todos perdieron, hasta el dueño del palacio: nadie lo ocupa y se encuentra sin calor humano…

miércoles, 21 de septiembre de 2011

NUESTRO PRIMER SUPERHÉROE


Nos hemos quedado en el pasado. Avances coloniales, independencia política… retrocesos en el tiempo… Biografiamos a nuestros héroes de guerra y siempre terminamos con uno, con un mismo nombre…


En los filmes la realidad es un cuento como si solamente la realidad fuera real…

¡Hermoso comparar! ¿Héroes? Está bien, ¡vamos…! Aquí entre nosotros: Batman es descendiente directo del Zorro. Diferentes nombres y apellidos han permitido la protección de sus identidades: una cueva, astucia, transporte veloz, inteligencia, oscuridad… Se dice, a mi no me lo crean, que Robin es descendiente de un hijo clandestino de Bernardo y por eso habla mucho. Que Alfred, el fiel mayordomo es tátarasobrino de Don Diego… A Supermán lo trajeron de más allá de las estrellas…

Pero no seamos negativos, nosotros tenemos al “ahijado de la muerte” con su inseparable Frijolito (el negrito), su caballo Centella y su Dulcinea, Azucena… El famoso Martín Valiente…

El Gavilán, aquel de las dos enormes pistolas, enmascarado cual peleador de lucha libre, grandes alas que lo protegen de las balas enemigas. Aquel que atendiendo un llamado de auxilio aparece de la nada entre los sonidos de un tema musical homónimo del folklore venezolano.

El Halcón, siempre junto al corpulento Lotario (lo mismo que Mandrake). Aún no entiendo como no sabían quién era si ese compañero con o sin disfraz se veía igual, además de que aún en sus identidades andaban juntos.

Pero llegó el día. Me correspondió el honor. Caminaba por la calzada de una de las calles de mi ciudad. Un tropezar, una casi caída y una luz que me baña venida de ninguna parte. Sentir como era llevada hacia la nada. Como el cuerpo se me transformaba… Sí… y a partir de ese momento era nuestro primer superhéroe…