Por
supuesto que ella sola no va a andar por ahí atrayendo la mirada... Detrás de
ella otras prendas de noche nueva o de fresa madura que en su ausencia dejan
volar la imaginación... Y muy dentro de ellas quien les da vida y razón de
ser...
Se
ajustan a sus formas y resalta su figura, mientras el atardecer o la noche
comienzan a nublar la mente, la montaña se convierte en poema y la luna llena
es escoltada por infinitos luceros.
La luna siempre ha sido buena compañera...Luna, fresas y poesía... Hermoso.
ResponderEliminarMe encantan esos dobleces, esa ambigüedad muy del éxito de Sir Alberto de Catia!! Esas otras prendas::: esos otros matices nos hacen mortales: Adelante Sir ALberto!!
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