Valiente Caballero,
ve en busca de tu rocín
y cabalga por la ciudad.
Fiel Escudero,
monta tu jumento
y se de nuevo el compañero
de nuestro Ingenioso Hidalgo.
Enseñen al hombre moderno
que soñar
también es valedero.
Y os preguntareis:
¿Por qué?
No hay respuesta.
Tú eres la respuesta,
Caballero Andante.
¿Acaso tu valeroso brazo
dudó en emprender
famosa y nunca jamás
contada aventura?
¿No fue motivo suficiente
la fermosura de tus reinas
y princesas?
El sólo saber
que hay quienes,
y quienes no.
El hombre de mi tiempo
quiere su Dulcinea.
Hablar las palabras dulces
escuchadas como boleros
de un botiquín.
Entregar una flor
y un verso
para luego despedirse
y sonreír mientras viva.
Ser un caballero
sin importar la figura.
Cabalgar.
Ir por caminos de concreto.
Enderezar entuertos...
Despertar sueños...
Pero nos falta el valor.
Tu valor:
El valor del noble
Caballero de los Leones.
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